Goat Simulator

PROS

• Poder jugar con una cabra
• La diversión y sorpresa de las primeras horas

CONTRAS

• Acaba siendo repetitivo
• Al escenario le vendría bien más interacción

¿Te gustaría sentirte como una auténtica cabra?

En el mundo de los videojuegos hay juegos locos y luego está Goat Simulator. Todo lo que podemos contaros de este título se queda corto con el tipo de sensación que recibimos en el momento en el que comenzamos a jugar. Podríamos resumir este análisis en unas pocas palabras: jugamos como una cabra. Y no es que estemos locos como una cabra, sino que controlamos a este tipo de animal. ¿Quién en su sano juicio habría tenido la idea de crear un simulador de cabra? ¿y quién en su sano juicio lo juega? Pues nosotros y varios millones de personas ya lo han hecho, así que quizá os apetezca meteros vosotros también en el mundo de las cabras.

Si nos vamos atrás en el pasado, varios años para ser más exactos, veremos que Goat Simulator se creó como una broma, una coña marinera en una jam indie donde sus creadores quisieron demostrar que se podía hacer un juego con una cabra como protagonista. No nos consta ningún título anterior donde nos pusiéramos en el control de este animal, así que no hay duda de que se trató de una idea innovadora. De la broma inicial el juego pasó a un estado embrionario en el que se podía convertir en algo más. Y así es como nació Goat Simulator, juego que ha tenido tanta fama que incluso ha llegado a las tiendas físicas y ha protagonizado varias versiones alternativas que han aumentado su fama todavía más.

El mayor parecido que podemos encontrar con Goat Simulator es con los juegos de monopatín como los que protagonizó el famoso Tony Hawk en su momento. Es decir, nosotros al control de la cabra vamos realizando saltos y todo tipo de acrobacias sobre el escenario mientras acumulamos puntos. Es lo más loco y divertido que podamos imaginar, especialmente en las primeras horas de partida. Una vez comenzamos a jugar nos situamos en un mundo abierto de enormes posibilidades en el cual todo ha sido diseñado para que la cabra se lo pase en grande.

Nos movemos en tercera persona, así que podemos ver a la cabra en todo momento. Es posible realizar multitud de acciones, desde saltos hasta golpes, caídas e incluso podemos dar lametones a objetos para interactuar con ellos. Gráficamente no es un portento, pero se ha incluido física tipo muñeca de trapo con la intención de que la cabra pueda ser objeto de los más locos golpes mientras la vemos volar por los aires con gran facilidad.

Además de la locura de explorar una gran ciudad con todo tipo de curiosidades esperando a ser descubiertas por la cabra, el otro incentivo de Goat Simulator radica en ver hasta dónde pueden llegar las habilidades del animal protagonista. Comenzaremos con movimientos tímidos, pero poco a poco iremos exprimiendo más las habilidades de la cabra y descubriendo que aún hay mucho que no hemos descubierto. Por ejemplo, tendremos un movimiento de giro que recuerda al mismísimo Sonic.

PROS

• Poder jugar con una cabra
• La diversión y sorpresa de las primeras horas

CONTRAS

• Acaba siendo repetitivo
• Al escenario le vendría bien más interacción